El arroz con pollo es uno de esos platos comodín que no faltan en ningún recetario familiar. Es económico, fácil de hacer, se prepara en poco tiempo y admite tantas variantes como ingredientes tengas en ese momento.
¿Qué más se puede pedir? Que sea nutritivo: por definición ya incluye cereales y carne, así que sólo tienes que añadir colorido con una buena selección de verduras y tendrás un plato completo para toda la familia.
El arroz con pollo es tan versátil que igual puede solucionarte un almuerzo entre semana que una comida de domingo o ponerse de tiros largos para una fiesta. Es tan camaleónico que puedes incluirlo cada semana en tus menús y comer un plato distinto cada vez: arroz con pollo y verduras, arroz con pollo picante, arroz con pollo al curry… ¿Quieres más ideas? ¿Quieres conocer los trucos para que te quede perfecto? Sigue leyendo.
El nombre ya nos da una pista de los ingredientes: arroz y pollo son los únicos obligatorios. A partir de aquí no hay límites, porque sus sabores se integran estupendamente y hacen pandilla con casi cualquier alimento, dándote un plato diferente en cada combinación.
Por ejemplo, arroz y pollo se llevan de maravilla con todo tipo de vegetales: puedes probar a hacer un arroz con pollo y verduras con lo que tengas a mano, pero también puedes montártelo en plan temático y hacer un arroz con pollo y pimientos o un arroz con pollo y berenjena. Es cuestión de gustos.
Hacer arroz con pollo es tan fácil que muchos se estrenan en esto de cocinar arroz con esta receta. La receta básica es muy fácil de hacer, se resume en unos pasos muy sencillos:
Si no eres un experto en la cocina o tienes poco tiempo puedes ayudarte con algunos truquitos que allanarán el camino hacia un arroz con pollo fácil pero a la vez muy rico:
Ya verás que hacer arroz con pollo es muy fácil, y está tan bueno que en cuanto le cojas el punto querrás comerlo hasta en croquetas.
Ya sea arroz caldoso, seco, en guiso, en risotto o incluso al horno, el arroz con pollo admite cualquier preparación y siempre queda muy rico, por sencilla que sea la receta. Si lo que quieres se que te salga de vicio basta con aplicar unos trucos muy sencillos:
El arroz con pollo puede ser un plato tan sencillo o tan elaborado como tú quieras, todo depende del tiempo y las ganas de innovar que tengas. Si lo que quieres es hacer ganar el Máster en arroz con pollo, estos consejos pueden servirte:
El arroz con pechuga de pollo tiene muchos seguidores porque no tiene huesos y es muy fácil de cocinar y comer, aunque queda un poco más seca que otras partes. Si te gusta más jugosa puedes marcarla entera, agregarla ya al final de la cocción y trocearla al servir. En ese caso recuerda usar un buen caldo para que el arroz quede sabrosito.
Si optas por usar el pollo troceado con piel y huesos tendrás un plato más sabroso y contundente, hasta puede que acabes rematando la faena chupándote los dedos, literalmente ☺. Si lo que quieres es un arroz con pollo con poca grasa pero te gusta jugoso, elige contramuslos y retira la piel antes de cocinarlos.
El arroz con pollo es uno de los reyes de la cocina de aprovechamiento. Ese resto de pollo en salsa que sobró el domingo es una base increíble para preparar en minutos un plato de toma pan y moja. Basta con sofreír unas verduras, agregar el arroz y añadir al caldo la salsa del guiso. Para que no quede seco, incorpora los trozos de pollo al final de la cocción. Ya verás: cuando lo hayas probado te las arreglarás para que siempre sobre pollo.
Juega con los ingredientes para dar probar un plato distinto cada vez. Por ejemplo, añade brotes de soja y salsa de soja a la receta básica y tendrás un arroz con pollo al estilo chino.
Un sencillo plato de arroz con pollo se convierte en todo un manjar si le añades apellidos: el pollo de corral de los de “toda la vida” impregna el arroz de un sabor tan espectacular que hará que se te caigan dos lagrimones. Eso sí, ten en cuenta que al estar criado en el suelo su carne es más firme, por lo que deberás guisarlo un buen rato antes de añadir el arroz, pero sin duda merece la pena. Otro consejo: si te gusta el arroz con algo de color estírate y cambia el colorante artificial por unas hebras de azafrán, su aroma aporta un matiz delicioso a tu receta de arroz con pollo.
El arroz con pollo es una institución en nuestro país pero está lejos de ser patrimonio español exclusivo. También es muy popular en América Latina, donde es habitual prepararlo desmechado (deshecho en jirones de carne) y no faltan las recetas que incorporan picante. Igualmente puede encontrarse dulce o especiado en mil variantes de recetas africanas, orientales… Pocos platos permiten viajar por tan poco dinero y esfuerzo.
Lo cierto es que es tan versátil que adopta sin miramientos la personalidad de quien lo cocina. ¿Eres fan del recetario clásico español? Cúrrate un guiso de arroz con pollo como mandan los cánones. ¿Te apetece innovar? Arriésgate con el arroz jollof picante. Y si crees que ya lo has probado todo ¡sigue probando! Es hora de descubrir el pastel de arroz con pollo.
Y es que el arroz con pollo es tan económico y fácil de hacer que puedes cocinar, catar y reinventar tantas recetas como quieras hasta dar con la tuya. Y cuando la encuentres, ¡no te la guardes!